La FAO acaba de precisar que la expansión agrícola es la causa de casi el 90 por ciento del desmonte mundial, según datos de su nuevo estudio mundial por teledetección. Desde 1990 se arrasaron 420 millones de hectáreas de bosque. Sudamérica, África y Asia (sur y sudeste) son las zonas más afectadas y, en el corto plazo, advierten sobre el riesgo que corren los bosques tropicales.
El estudio se presentó durante el Diálogo de Alto Nivel de la Asociación de Colaboración Sobre Bosques (CPF, por sus siglas en inglés) en la Cumbre Mundial sobre Acción Climática COP26. Según el estudio, entre los años 2000 y 2018, el 52,3 por ciento de la deforestación mundial ocurrió por la expansión de tierras para el cultivo. El 37,5 por ciento fue por el pastoreo de ganado. El 5,6 por ciento para el desarrollo urbano y de infraestructura. En tanto, el 4,6 por ciento se explica por otras actividades (no detalladas en el informe de la FAO). De esta manera, la encuesta evidencia que el 89,8 por ciento de la deforestación mundial se produjo por la agricultura. En consecuencia, el organismo internacional advirtió que “el impacto de la expansión agrícola en los bosques es incluso mayor de lo que se pensaba anteriormente”. La investigación también revela una desaceleración de la tala de árboles a escala planetaria.
La deforestación implica la conversión de los bosques a otro tipo de uso de la tierra, como la agricultura y la infraestructura. La agricultura es el principal impulsor de la deforestación en todas las regiones excepto en Europa, donde el desarrollo urbano y de infraestructura tiene un mayor impacto. La conversión a tierras de cultivo domina la pérdida de bosques en África y Asia, con más del 75 por ciento de la superficie forestal convertida en tierras de cultivo. En América del Sur, casi las tres cuartas partes de la deforestación se debió al pastoreo de ganado.
420 millones de hectáreas menos y falsas soluciones
Durante la presentación del informe, el director general de la FAO, QU Dongyu, señaló que “según la evaluación más reciente de los recursos forestales mundiales, hemos perdido 420 millones de hectáreas de bosques desde 1990”. Dicha cantidad de hectáreas es equivalente a toda la superficie de Nigeria e India juntas. “Sin detener y revertir la deforestación, los objetivos climáticos no se pueden alcanzar”, afirmó el organismo de las Naciones Unidas.
Al mismo tiempo, la FAO manifestó: “Una gama de soluciones basadas en la naturaleza pueden proporcionar de manera rentable hasta un tercio de la mitigación del cambio climático necesaria entre ahora y 2030 para estabilizar el calentamiento global por debajo de 2° C”. En ese sentido, hizo referencia puntual a “la reducción de la deforestación y la degradación forestal” como “las opciones más eficaces y maduras”. Con dicho fin, subrayó que aumentar la productividad del sector agroalimentario para satisfacer las nuevas demandas de una población en crecimiento y detener la deforestación no son objetivos mutuamente excluyentes.
No obstante, diversas organizaciones socioambientales a nivel mundial alertaron sobre las amenazas para los territorios y las comunidades que implican este tipo de “soluciones”. Entre ellas, Amigos de la Tierra Internacional, Grupo ETC, Alianza por la Soberanía Alimentaria en África, Movimiento Asia Pacífico sobre Deuda y Desarrollo, Acción Climática Indígena, Marcha Mundial de las Mujeres y el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales.