Pueden ser parte activa del cambio social y político, promoviendo un nuevo humanismo que sitúa al ser humano en el centro de la agenda y reconstruyendo lazos sociales, fomentando la participación ciudadana y cultivando un sentido de comunidad.
Hermosillo/VdM, 12 de enero
En la actualidad, la juventud mexicana se encuentra en un contexto complejo y desafiante, marcado por la revolución de las conciencias y la Cuarta Transformación (4T), propuestas impulsadas por el gobierno. Estas iniciativas buscan no sólo un cambio en las políticas públicas, sino un replanteamiento del modelo de desarrollo del país, centrado en el ser humano y en valores fundamentales que promuevan la justicia social y la equidad. En este escenario, la tecnología y la conectividad juegan un papel esencial que puede ser tanto una herramienta de empoderamiento como un desafío a enfrentar.
Se invita a los jóvenes a ser parte activa del cambio social y político, promoviendo un nuevo humanismo que sitúa al ser humano en el centro de la agenda. Este enfoque reconstruye lazos sociales, fomenta la participación ciudadana y cultiva un sentido de comunidad. La tecnología, especialmente en una era postpandemia, es un vehículo indispensable para alcanzar estos objetivos. La conectividad permite acceder a una cantidad inmensa de información y recursos, que pueden ser utilizados para educarse, organizarse y reivindicar derechos. Sin embargo, también plantea retos de desigualdad y brechas tecnológicas que deben ser abordadas para garantizar que todos los jóvenes puedan beneficiarse de estas herramientas.
El humanismo mexicano, en el contexto de la 4T, se articula en torno a la idea de un país más justo e inclusivo. La tecnología puede facilitar esta inclusión, ofreciendo plataformas donde las voces jóvenes puedan ser escuchadas y valoradas. En este sentido, los jóvenes pueden utilizar las redes sociales y otras tecnologías digitales para visibilizar problemáticas locales y nacionales, generar conciencia sobre temas de interés y buscar soluciones de manera colaborativa.
Es crucial que los jóvenes sean críticos y responsables en el uso de estas herramientas, considerando no sólo los beneficios, sino también los efectos colaterales que pueden surgir del uso indiscriminado de las plataformas digitales. La educación también ocupa un lugar central en este proceso, con la implementación de programas educativos que incorporen habilidades digitales y pensamiento crítico, para preparar a los jóvenes con una educación que no sólo transmita conocimientos, sino que también forme ciudadanos activos, comprometidos con su entorno y capaces de convertirse en agentes de cambio en sus comunidades.
El contexto actual presenta tanto oportunidades como desafíos para los jóvenes en México. La 4T y el enfoque humanista ofrecen un marco valioso para el desarrollo de una sociedad más equitativa, donde la tecnología y la conectividad sean aliadas en la lucha por la justicia social. Sin embargo, es imperativo que los jóvenes se empoderen a través del conocimiento, una utilización crítica de la tecnología y el fortalecimiento de la comunidad, asegurando así que su voz y participación sean fundamentales en la construcción de un futuro mejor. La revolución de las conciencias no sólo depende de las decisiones políticas, sino de la voz activa y decidida de la juventud mexicana.
@IngJavierRuiz