El tren Maya es a AMLO, lo que el Plhino debe ser a Claudia

Los mexicanos debemos pedir que cada presidente construya una obra emblemática en su administración

 

Por Emilio Borbón Willis

 

Navojoa/VdM, 22 de agosto

 

 

A partir de este gobierno los mexicanos debemos pedir que cada presidente construya una obra emblemática en su administración, aun cuando Andrés Manuel López Obrador construyó varias obras de esa categoría.

El tren Maya es la obra por la cual siempre lo recordaremos y reconoceremos; dicho tren exalto la parte sureste de nuestro país. Así es como el Proyecto de Infraestructura Hidroagrícola del Plhino, quitará la sed y hambre en la parte noroeste de México. Los técnicos que tuvieron la visión de crear este macroproyecto, fueron los mejores especialistas hidroagrícolas con que ha contado este país, en épocas en que el agua no se veía solo como un recurso de mercadotecnia, sino como un recurso con índole social y de categoría vital para el ser humano.

La sequía que estamos viviendo en el noroeste al parecer no ha sido dimensionada en su magnitud real por nuestros gobernantes, está en peligro el ciclo agrícola en el mayo y yaqui, con ello también la falta de recursos en el campo, en los comercios, en todas partes.

Lo grave de la situación es que al haber poco escurrimiento del Rio Mayo, nos vamos sobre la segunda fuente para la agricultura, que es el agua del subsuelo, disminuyendo aún más la ya reducida fuente sustentable y única para la población que es el agua subterránea

La Cuarta Transformación le está quedando a deber a la gente del campo. Se debe reactivar en todos sentidos, así como lo hizo el General Lázaro Cárdenas, y en condiciones más adversas que las actuales, con una Revolución que acababa de pasar unos años antes, aun así, le dio crédito y equipo el campo mexicano; es urgente que se vuelva a reactivar, seguimos siendo un país de campesinos

Las reformas al artículo 27 se hicieron gracias a diputados vendidos que tuvimos y que traicionaron a sus representados, con el doloso objetivo de regresarle la tierra a sus antiguos e ilegales poseedores: los hacendados.

Le debemos pedir a los que nos representaran por Sonora que estudien, se informen y sepan quien fue y que hicieron Serapio Rendón y Belizario Domínguez. Ya no queremos “floreros” en ambas cámaras, que una de las iniciativas primeras sea elevar al grado de secretaria nuevamente a la Conagua, retomar la gobernanza en materia de agua en México, reactivar el proyecto del Plhino.

Ya se ha invertido más de la mitad del costo total del proyecto; las presas, que son las más costosas, ya se hicieron. Una revisión a fondo de la Ley Federal de Aguas, adecuarla a los tiempos actuales, reactivar el Programa de Adecuación de Derechos de Uso de Agua (Padua) y cancelar concesiones dolosas y adecuarlas a cada región de nuestro país (el Organismo de Cuenca Noroeste (OCNO) en primer lugar y homologar concesiones a sólo 500,000 metros cúbicos por año.

Diputados y senadores por Sonora, ya saben qué tienen que hacer, y si no pregunten y asesórense bien. No queremos verlos en Cuernavaca y antros

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