El desafío de los jóvenes a las estructuras

“Ustedes son el futuro y presente de México”: Juventud y transformación en el discurso de AMLO

 

Por Francisco J. Ruiz

 

Hermosillo/VdM, 29 de enero

 

 

La insistencia de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en situar a los jóvenes como protagonistas de la transformación de México trasciende la retórica tradicional, pues al definirlos no sólo como “herederos del mañana”, sino como actores imprescindibles del hoy, su discurso reconoce una realidad demográfica innegable: más del 25% de la población mexicana Wene entre 15 y 29 años; y este bono demográfico, sin embargo, no se reduce a cifras, pues para AMLO, representa un capital social y políWco capaz de desafiar estructuras arraigadas de desigualdad, corrupción y exclusión, pilares que la revolución de las conciencias busca eliminar bajo la “Cuarta Transformación”.

El enfoque gubernamental ha intentado traducir esta visión en políWcas concretas y programas como Jóvenes Construyendo el Futuro, que vincula a aprendices con sectores producWvos, o las becas universalizadas para educación media y superior, buscan integrar a esta generación al desarrollo económico y educaWvo; no obstante, estos esfuerzos enfrentan críWcas: mientras algunos destacan su alcance masivo, otros cuesWonan su eficacia a largo plazo o su dependencia de un modelo asistencialista y más allá de los debates, el mensaje subyacente es claro: la juventud debe ser parte acWva, no marginal, de la reconstrucción nacional, converWdo hoy en movimiento.

Pero el discurso de AMLO no se limita a lo insWtucional, pues reconoce en las nuevas generaciones un ímpetu disrupWvo, visible en movimientos emergentes, en colecWvos ambientalistas que exigen jusWcia climáWca, o en creadores digitales que reinventan la narraWva políWca y estos espacios, a menudo autogesWvos, reflejan una capacidad para cuesWonar el ¨statu quo¨ mediante herramientas innovadoras, desde el arte callejero hasta el acWvismo en redes sociales, ya aue AMLO idenWfica aquí una sintonía con los valores de su proyecto: la lucha contra la corrupción, la defensa de la soberanía y la reducción de brechas sociales.

Sin embargo, el panorama es contradictorio, pues México sigue siendo un país donde miles de jóvenes enfrentan violencia estructural, desempleo crónico o migración forzada y los programas gubernamentales, aunque simbólicamente importantes, no siempre garanWzan acceso a empleos dignos, educación de calidad o seguridad pública, pues además, la parWcipación políWca juvenil aún choca con estructuras parWdistas rígidas y prácWcas clientelares que reproducen viejas dinámicas de exclusión.

En este contexto, el llamado de AMLO a los jóvenes como “presente y futuro” implica un desado doble: por un lado, exige al Estado ampliar oportunidades reales más allá del asistencialismo; por otro, demanda a la sociedad reconocer su capacidad para liderar sin replicar los errores del pasado, ya que la verdadera transformación, dependerá de si las nuevas generaciones logran traducir su energía en cambios sistémicos, mientras navegan en un entorno lleno de obstáculos. El futuro de México, en efecto, se escribe hoy, pero su viabilidad depende de que el presente les otorgue las herramientas para hacerlo.

 

 

 

 

La insistencia en el rol juvenil no es retórica vacía: México vive un bono demográfico donde la mayoríadesupoblaciónesjoven,unaventanadeoportunidadparadinamizarlaeconomíayrenovar insWtuciones y AMLO vincula, esta realidad con la necesidad de una parWcipación acWva, con los programas como Jóvenes Construyendo el Futuro, que conecta a aprendices con empresas, o becas educaWvas, que buscan integrarlos al mercado laboral y educaWvo; más allá de políWcas públicas, el discurso de AMLO resalta su papel en la resistencia y la innovación, que desde el movimiento #YoSoy132 hasta colecWvos ambientalistas o digitales, los jóvenes han cuesWonado el statu quo, usando redes sociales y arte para visibilizar demandas. AMLO los idenWfica como aliados naturales de su proyecto de “Cuarta Transformación”, al promover valores como la honesWdad y la jusWcia social.

 

No obstante, el contexto es complejo: violencia, desempleo y migración forzada afectan a millones. Para que el “presente” juvenil sea realmente protagónico, se requiere no solo inclusión simbólica, sino acceso a oportunidades reales y canales de parWcipación políWca auténWcos y la apuesta de AMLO, aunque significaWva, debe traducirse en condiciones que permitan a las nuevas generaciones liderar sin reproducir viejos vicios.

 

AMLO, siempre reconoció en los jóvenes un motor para la transformación, pero su impacto dependerá de cómo el Estado y la sociedad canalicen su potencial en medio de desados estructurales, pues el futuro de México, efecWvamente, se construye hoy, y su presente exige escuchar y empoderar a quienes lo encarnan.

 

@IngJavierRuiz

 

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