Una experiencia de mis años como asesor agrícola
Navojoa/VdM, 01 de agosto
Corrían los inicios de 1990. Se estaba iniciando el proceso de la transferencia del Distrito de Riego y se estaba preparando al personal que administraría, conservaría y que lo operaría.
En mí caso me tocó lo más difícil: adiestrarlos en el uso y manejo del agua de riego, tanto en la red de distribución, como en la parcela; se quería que continuáramos siendo los más eficientes a nivel nacional, ya que lo fuimos de 1980 a 1990.
Sólo pasaron tres ciclos y se cumplió mi predicción de que sería un fracaso dicha transferencia. Sólo habían pasado tres ciclos agrícolas y ya había varios módulos, los más pobres, los más minifundistas, los que colindan con el rio en ambas márgenes, que ya debían tres veces su presupuesto a la Sociedad de Usuarios, se debía de tomar una medida al respecto.
Por ello, se solicitó la presencia del director de Distritos de Riego del país de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el Dr. José Luis Trava Manzanilla. La solicitud la hicieron los directivos de los módulos de riego que en ese entonces aún no eran manipulados, aún eran representantes de los usuarios y todavía no se convertían en monigotes. En reunión de Comité Hidráulico, en el Salón de Eventos del motel El Rancho, fui comisionado por mi jefe, el Dr. Trava, y a petición de los usuarios, con el fin de realizar un análisis técnico- financiero para detectar el motivo del prematuro endeudamiento de dichos módulos.
Realice el respectivo análisis detectándose las dolosas fallas cometidas. Aprovechando la ignorancia y buena fe de los directivos, se les sacó el acuerdo siguiente: El módulo que se pase del volumen autorizado pagará ese volumen a precio de bombeo, siendo 25 y 75 pesos, respectivamente. Dichos precios por unidad de volumen (que es el millar de metros cúbicos) la asignación se hacía tomando el por ciento de eficiencia promedio de la red menor, que sigue siendo del 75%.
Así que quienes tenían realmente una eficiencia menor, debían pagar de bombeo ese volumen demas. Los módulos 16, 4, 2, y 1 por el margen derecho, el 16, 14, 15, 6, y 5 por el margen izquierdo, eran los más afectados. Se demostró que se habían cobrado injustamente de bombeo más de 200 millones de metros cúbicos, siendo en realidad de la presa.
Mis argumentos eran que la batería de pozos no tenía, ni tiene, la capacidad para bombear en seis meses más de 300 millones de metros cúbicos, además que la eficiencia del Distrito no se había incrementado. También se cruzó información de la extracción de presa y se aplicó la eficiencia del Distrito de Riego, lo que arrojó el volumen real de pozos. El análisis fue inapelable por sus argumentos técnicos y financieros. La Conagua ordenó el descuento millonario a dichos módulos. El presidente del Consejo del Distrito en esas épocas me puso un cheque en blanco para que le pusiera la cifra y modificara dicho resultado. Le demostré que eran, y siguen siendo, más grandes mis principios que mis necesidades. Mención especial merecen los lideres de los módulos 3 y 4 que me propusieron para hacer dicho análisis y dejar en el reglamento la curva de usuarios.
A sugerencia mía llegó José “Pepe” Navarro SRL y Judas papá después, los que sin mis consejos y asesoría no lo hubieran logrado. Que lo sepa el junior mimado.