Representa un llamado a todos, especialmente a los jóvenes, para que participen activamente en la construcción de un futuro más justo y equitativo
Por Francisco J. Ruiz
Hermosillo/VdM, 16 de diciembre
La Cuarta Transformación (4T) que actualmente se vive en México no es solo un cambio político, es un movimiento profundo que busca transformar la vida social, económica y cultural del país.
En este contexto, la Revolución de las Conciencias se presenta como un llamado a todos, especialmente a los jóvenes, para que participen activamente en la construcción de un futuro más justo y equitativo.
Para comprender la relevancia de la Revolución de las Conciencias, es esencial reconocer las dinámicas actuales del empleo en México y cómo la juventud enfrenta desafíos significativos en el mercado laboral, que van desde la falta de oportunidades, la precarización del empleo hasta la desvalorización de la educación.
A pesar de contar con un sistema educativo que ha ido evolucionando, muchos jóvenes se encuentran en trabajos que no corresponden a su nivel de formación o, en el peor de los casos, desempleados. La 4T busca abordar estos problemas a través de políticas públicas que fomenten un desarrollo humano integral. El humanismo mexicano, que se fundamenta en valores como la justicia, la equidad y la solidaridad, se erige como una brújula para la creación de un modelo económico que priorice al ser humano sobre el capital. De esta manera, se empieza a visualizar un futuro donde el empleo ya no es solo una cuestión de generar ganancias, sino una herramienta para el desarrollo personal y colectivo de los jóvenes.
En este sentido, el gobierno actual ha impulsado diversas iniciativas para fomentar la creación de empleos dignos y bien remunerados. Programas como “Jóvenes Construyendo el Futuro” tienen como objetivo ofrecer oportunidades de capacitación y empleo a quienes se encuentran en la informalidad o no tienen acceso a un empleo formal. Este tipo de programas no solo buscan insertar a los jóvenes en el mercado laboral, sino que también pretenden empoderarlos, brindándoles las herramientas necesarias para que prosperen en un entorno cada vez más competitivo.
Adicionalmente, la importancia de la Revolución de las Conciencias radica en que invita a los jóvenes a replantear su papel en la sociedad. Ya no se trata de aceptar pasivamente el status quo; por el contrario, se anima a la juventud a ser agentes de cambio, a cuestionar las estructuras existentes y a trabajar por un sistema laboral que sea inclusivo y respetuoso de los derechos humanos. Esta visión de activismo y compromiso social se alinea perfectamente con el humanismo mexicano, que promueve la dignidad humana como un pilar fundamental en la construcción de un mejor país.
A través de políticas públicas humanistas y la participación de la juventud, es posible visualizar un futuro donde cada joven pueda acceder a un empleo digno que le permita desarrollarse plenamente. De esta manera, se construye un país más equitativo, donde todos, sin excepción, puedan contribuir y beneficiarse del progreso social y económico.