Para los jóvenes

Necesitamos jóvenes que no sólo se conviertan en receptores de información, sino en autores de sus propias narrativas, dispuestos a cuestionar y cambiar lo que no funcione.

 

Ing. Francisco J. Ruiz

 

Hermosillo/VdM, 17 de noviembre

 

 

El pensamiento crítico ha permitido a los jóvenes cuestionar la realidad que les rodea, asi como hacer un análisis de su contexto, mismo que es fundamental en la transformación social, y dado que nuestro país es de revoluciones, y las revoluciones de las conciencias, promueven la importancia de la autocrítica y la reevaluación de los valores personal y colectivos, esto es parte de los temas de contexto.

Aquí, de esta manera es como el joven crítico desafía las narrativas predominantes y busca entender los fundamentos éticos y morales del entorno, ejercitando, no sólo la herramienta para tomar decisiones informadas, sino que también se capacitan para participar activamente en el ámbito cultural, político y social.

Fomentar el pensamiento crítico en jóvenes es esencial en la era de la Cuarta Transformación (4T), un período que busca transformar las estructuras sociales, políticas y económicas de México, y dado que este enfoque no sólo aboga por un cambio en la gobernanza, sino que legítimamente pregunta por la consciencia de la ciudadanía y su papel en la construcción de un país más justo y equitativo.

Además, en el marco del humanismo mexicano, el pensamiento crítico se enriquece con una mirada al priorizar la dignidad humana y la empatía, por eso es importante que los jóvenes aprendan a ver más allá de los intereses individuales y considerar el impacto de sus acciones en los demás, y vinculándose en la economía moral, ya que se espera que los jóvenes reconozcan cómo las grandes decisiones afectan a la comunidad y al entorno. Fomentar este tipo de pensamiento, también impulsa una comprensión más profunda de los beneficios de los modelos económicos inclusivos y sostenibles.

Para lograrlo, es vital que las instituciones educativas y los espacios de formación insten a los jóvenes a cuestionar, debatir y discutir, así como el de asumir las metodologías activas, como el aprendizaje basado en problemas o el debate estructurado, fomentan la reflexión y el análisis crítico, pues es tarea de los educadores, quienes deben ser facilitadores que guíen a los jóvenes en la exploración de ideas y les ayuden a desarrollar sus propias opiniones fundamentadas.

Asimismo, es fundamental promover el acceso a una variedad de fuentes de información y al pensamiento interdisciplinario, pues la diversidad de perspectivas permite un análisis más completo y enriquecedor de la realidad, e incentivar a los jóvenes a consumir información crítica y responsable, así como a cuestionar la veracidad de lo que leen, es clave en una era donde la desinformación campea.

El compromiso social puede ser potenciado a través de proyectos comunitarios que aborden problemáticas locales, y estas iniciativas, brindan a los jóvenes la oportunidad de aplicar su pensamiento crítico en situaciones reales, favoreciendo un aprendizaje experiencial que solidifica su rol como agentes del cambio.

Siempre será importante que las nuevas generaciones se empoderen para hacerse escuchar, pues su voz debe integrarse en todos los espacios de participación, tanto juvenil como en la toma de decisiones comunitarias o políticas, que puedan ser un gran incentivo para que usen su pensamiento crítico, ya que necesitamos jóvenes que no sólo se conviertan en receptores de información, sino en autores de sus propias narrativas, dispuestos a cuestionar y cambiar lo que no funcione.

El pensamiento crítico es quizas, la herramienta mas esencial para los jóvenes en la era de la Cuarta Transformación, la revolución de las conciencias, el humanismo mexicano y la economía moral, pues al fomentar esta habilidad, contribuimos a la creación de una ciudadanía más consciente, activa y comprometida con la construcción de un futuro mejor.

 

@IngJavierRuiz

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