Recordé al político nayarita panista que se hizo famoso en el 2014 cuando iba por su segunda vuelta a la reelección como presidente municipal en el Ayuntamiento de San Blas en Nayarit.
En aquel entonces confesó que robó “poquito” al ayuntamiento e incluso llegó a decir que le gustaba el dinero y admitió que sí había robado, pero “poquito” porque está bien pobre. “nomás una rasuradita confesó en aquel tiempo.
Hilario Gómez “layin” recibió un castigo de dos años porhaber desviado 20 millones de pesos, pero este interpuso un amparo para evitar ir a la cárcel.
El tema lo pongo en la mesa porque en cuantas ocasiones ha escuchado que entre amigos, familiares y ciudadanos, justificar la idea de que un político tiene derecho a “robar” siempre y cuando se vea que obra en la ciudad.
Seguramente en muchas ocasiones lo ha escuchado y hasta alcanza a nivel debate entre los que están y no están de acuerdo con que se dañen las finanzas de los ayuntamientos.
Es una realidad- te dicen- y te lo machacan como queriendo encajarte un puñal para que admitas tal aberración.
No importa que tanto se pueda hacer de obras y lo que pueda alcanzar, el chiste es que se vea que hacen, es otro de los argumentos que escucho.
Es cierto dicen otros, hay políticos que sí han dañado las finanzas de los Ayuntamientos, pero al menos ayudó a la gente y nunca tuvimos problemas en los servicios públicos.
Tal vez hemos normalizado la frase de que es mejor que roben pero que hagan, que los recursos públicos se vayan en pagar ostentosos alimentos; que los hijos de políticos exhiban sus excesos a costa del erario; que sus relaciones extramaritales sean vox populi, pero que nadie pueda tocar el tema porque es vida “privada”.
Los actos de corrupción normalizados y justificados pero tal vez sea la falta de justicia y aplicación de la ley para castigar a los responsables de quebrantar las finanzas en los Ayuntamientos por eso, hay quienes admiten con resignación que es mejor que roben pero que hagan.
